La diferencia entre rebranding y restyling
La diferencia entre Rebranding o Restyling es la misma que hay entre un corte de pelo radical o un «sanearse las puntas».
Para saber si necesitas hacer rebranding o restyling a tu marca solo tienes que hacerle caso a tu intuición. No hay nadie que sepa mejor que tú si tu marca ya no define a tu empresa tan bien como debería. Algo ha cambiado y, aunque no sepas muy bien qué pasa, sientes que ya, la imagen de tu empresa no es la que debería. Debería cambiar y ajustarse a los nuevos tiempos pero, ¿Cuánto debería cambiar? ¿Mucho o poco? Debería seguir manteniendo el ADN o deberías reestructurar la imagen por completo? Voy a ayudarte a averiguarlo.
¿Qué implica un rebranding?
El rebranding es un acto que implica un gran cambio, no es solo una evolución del logo. Implica hacer una revisión de los valores de la marca, de la estrategia y del posicionamiento de nuestro negocio. Por supuesto, habrá un cambio visual al final del proceso, pero a partir de unos cambios que vienen desde el corazón del negocio.
El rebranding conlleva un gran ejercicio de reestructuración de fondo. No es algo sencillo y tendremos que empezar a reestructurar desde la base. Habrá muchos cambios en el ADN de nuestra empresa.
Puede haber una necesidad de hacer rebranding de nuestra marca:
- Cuando el público al que nos dirigimos ha cambiado o se ha ampliado.
- Cuando nuestro mercado se amplía o modifica.
- Cuando aparece un nuevo competidor que amenaza con desbancarnos.
- Cuando nuestra empresa ha pasado por fusiones, absorciones, adquisiciones, etc.
- Cuando modificamos nuestra oferta o la reorganizamos ampliando o disminuyendo los productos o servicios existentes.
- Cuando se producen cambios considerables en la estrategia corporativa y debemos reposicionar nuestra marca.
- Para reposicionar nuestra marca si se producen asociaciones negativas que son muy difíciles de gestionar.
¿Qué implica el restyling?
El restyling o refresh hace referencia a una actualización. Se trata de cambiar el aspecto visual de la marca respetando su ADN. Muchas veces, este lavado de cara sin hacer cambios en sus valores, misión y visión es todo lo que una marca necesita para reconectar con su público y captar nuevos clientes.
El restyling es mucho menos complejo en cuanto a profundidad que el rebranding, ya que no es necesario ahondar en cuestiones de valores de la marca, visión o misión. En el proceso de restyling pueden verse afectados aspectos como la paleta de colores, tipografías o formas. Es decir, la manera en que nuestra marca se expresa.
Será muy favorable hacer un rebranding de nuestra marca:
- Cuando nuestra imagen se haya quedado un poquito desfasada o queramos reforzarla.
- Cuando creamos que puede haber confusiones entre nuestra marca y otras marcas del mercado.
- Cuando necesitemos adaptarnos a las nuevas tecnologías y los nuevos mercados como las redes sociales.
- Cuando a pesar de no haber cambiado nuestra filosofía de empresa, hayamos cambiado o ampliado algunos de nuestros productos o servicios.
Como puedes ver, el restyling es más sencillo, por que las ideas y conceptos ya están claros, no cambian. En el restyling no es necesario trabajar toda esta parte estratégica como en el rebranding .
Cada día es más complicado destacar entre la enorme contaminación audiovisual. Cualquier persona puede anunciarse en Facebook o poner un anuncio en AdSense y llegar hasta miles de personas con solo unos pocos euros. Un Restyling puede ayudarnos a no pasar desapercibidos. Igualmente, aunque solo sea un lavado de cara, es recomendable para destacar entre la enorme contaminación visual y de comunicación a la que estamos sometidos. Un restyling puede contribuir favorablemente para ello. En cualquier caso, es recomendable no quedarse en un mero ejercicio estético y tratar de reflejar la esencia auténtica de la marca, cerrando en lo posible el foco para poder comunicar de forma más clara.